Vampiros

Cómo convertirse y deshacerse de un vampiro

El vampirismo se contagia solamente por contacto sanguíneo con un vampiro existente, que penetra en una habitación y con gran delicadeza aplica "el beso de un vampiro" sobre el cuello. Luego los afilados colmillos del vampiro se clavan en la arteria carótida, para extraer las esencias vitales que proporcionan al vampiro su horrible inmortalidad.

El vampiro bebe su dosis de sangre caliente y después, usando un procedimiento que los científicos no han descubierto, cierra la herida dejando sólo una débil marca roja. Una vez escogida la víctima, el vampiro regresará una y otra vez para saciarse de su sangre. El involuntario donante se va debilitando, adelgaza, se consume y acaba por morir. Pero entonces el perverso beso manifiesta su efecto eterno. La víctima se convierte a su vez en vampiro y, llegado el momento, sale de su tumba para buscar víctimas propias, continuando así el terrible ciclo.

Hay que advertir, no obstante, que la víctima de un vampiro no siempre muere. A menudo, el efecto del beso del vampiro es tan fuerte, que la víctima queda vampirizada estando aún viva, y sale a buscar sangre al vecindario.

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