Una clara definición podría ser un espectro o no muerto que bebe sangre humana. El vampirismo y la vampirología se vienen practicando por lo menos desde los antiguos egipci os. Aunque parezca extraño el primer vampiro fue una mujer conocida con el nombre de Reina de la Noche o Madre de los Demonios. El contacto de los labios con algún cuello de un mortal y la mordedura de sus afilados colmillos para beber sangre de la víctima, iniciaron la estirpe de los vampiros. Antiguamente se encontraban en Hungría y Rumanía.
Los síntomas del vampiro son fácilmente destacables. Si se sospecha de alguna persona difunta, hay que abrir el sepulcro e inspeccionar el cuerpo. El cadáver de un vampiro, aunque tenga siglos presenta el aspecto de una persona saludable, o al menos no mostrará señales descomposición. Si lleva mucho tiempo sin beber sangre parecerá pálido y débil pero tendrá un pulso lento. Si se ha alimentado recientemente tendrá las mejillas sonrosadas, los labios rojos y el cabello abundante y luminoso. Como prueba final, se puede salpicar a sospechoso con unas gotas de aguardiente. Gritará como si le hubiesen quemado con ácido.
Si abre los ojos, mirará a los investigadores con una mirada hipnotizante y brillante, llena de fría inteligencia. El único modo de deshacerse de estos cuerpos es sacarlos rápidamente de su tumba para enterrarlos en otra, a poder ser cavada en un cruce de caminos. Se coloca el cadáver sobre la tierra y se le clava una estaca que le atraviese el corazón. El cadáver permanecerá inerte durante todo este proceso si éste se lleva a cabo entre el amanecer y la puesta del sol, pero no a otras horas.
La eliminación de un vampiro es inevitable un asunto engorroso, porque hay que cortarle la cabeza y quemarla.
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