La Estrecha

Es a primera vista distinguirla de las demás. Puede llevar ropa provocativa y bailar de manera sensual en mitad de la pista, pero si la observas con detenimiento, caerás en la cuenta de que pasa absolutamente de todos los tíos que se le acercan. La estrecha se hace interesante cuando le entras armado de tu mejor sonrisa y, justo cuando empieza a darte el calentón, desaparece en el baño de la mano de su amiga. Si vuelve y consigues comértela podrás fardar ante tus amigos de haber puesto la famosa pica en Flandes. Pero ¿a quién le interesa perder el tiempo con una estrecha pudiendo estar con...?

La Come-Hombres

Aunque sea el polo opuesto de la estrecha, comparten ciertas similitudes.La Come-hombres también puede vestir de forma provocativa y bailar sensualmente. Pero lejos de pasar de los tíos, los persigue por todto el garito para saciar su voraz apetito. Si te la encuentras, no la dejes escapar porque, aunque conseguirla no merezca ningún mérito, a nadie le amarga un dulce. Eso sí, no te mosquees si después de acabar contigo vuelve a la pista de baile como si no hubiera pasado nada y se enrolla con tu mejor amigo.

El Camarero

Los hay de dos tipos: el cachas y el compresivo. Pasamos directamente del cachas y nos centramos en el comprensivo. Este individuo de apariencia normalmente rechoncha y simpática te seca la frente cuando, después de contarle tus penas, llorarle en el hombro y romperle media cristalería, vas a dar con la cabeza en la barra. Son especialmente estimables en las noches de alcohol y calabazas.

La Camarera

Al contrario que su versión masculina, a la camarera no le hace falta ser comprensiva, le basta con estar buena y sonreirte, incluso cuando intentas verle el escote desde un ángulo mejor, y te inclinas sobre la barra simulando que el volumen de la música hace imprescindible que literalmente te comas su oreja para que te oiga. No le cuentes tus penas porque ten por seguro que llamará al segurata en cuanto se te ocurra empezar a darle la chapa.

La Gogó

El sueño de cualquier hombre hecho realidad: jovencitas enjauladas cubiertas por centímetros de telas semitransparentes, moviéndose frenéticamente al ritmo de la música. Puedes intentar algo, pero no tengas grandes esperanzas, ya que, como diosas de la noche que son, no están para perder el tiempo con mortales como tú. Se mira pero no se toca.

El Graciosillo

El bufón de nuestros tiempos que no debe faltar en ningún grupo de amigos que se precie. Este tipo te anima la noche y te hace reir cuando, tras resbalarse en mitad del bar, se tira encima de su camisa nueva la mitad de la bebida que acaba de pedir. A veces no son tan aparatosos y bastan sus chistes y ocurrencias para provocar las carcajadas de amigos y amigas. Sin embargo, no todo son risas en la vida del graciosillo. El destino de estos presonajes es de lo más cruel: hacen felices a los demás, pero la chica mona invariablemente se va con uno de sus amigos.