Llevo muchos años usando ordenadores y casi siempre los he administrado yo mismo. He tenido y tengo responsabilidad de administración de decenas de equipos de sobremesa y algunos servidores. También he impartido cursos tanto a usuarios como a administradores.
Las grandes compañías de software intentan convencer con su publicidad al gran público de que administrar un equipo informático es de lo más sencillo. Es comprensible su interés, porque así venden más. Pero veo que eso lleva a mucha gente a pensar que es cierto. Los grupos que preparan distribuciones de software libre también intentan simplificar al máximo la administración de los equipos, lo que es muy loable, pero creo que caen en muchos de los errores que veo en las compañías de software propietario.
La realidad es otra. La mayor parte de los usuarios que conozco tienen graves problemas para usar sus ordenadores; quizá porque al ser cada vez más sencillo hacerlo, a lo largo de los años la gente tiene menos ganas de aprender nada; solo se desea sacar provecho inmediato de la herramienta, con el conocimiento más superficial que sea posible. Si esto es así con el simple uso, el intento de administración del equipo normalmente es un fracaso, convirtiendo el ordenador en poco tiempo en una máquina inútil por lenta e inadecuada.
Otra faceta de esta aparente facilidad de administración es que en muchos trabajos los usuarios confunden su papel con el de administrador, intentando hacer en sus equipos de trabajo lo mismo que hacen con sus equipos de ocio, complicando así la tarea de los administradores de verdad.
Comprendo perfectamente que ahora mismo hay muchos tipos distintos de ordenador con muy diferentes finalidades: desde los equipos móviles que encontramos en la mano de cada adolescente hasta los supercomputadores científicos, pasando por escritorios de profesionales y de familias, cada equipo tiene unas condiciones diferentes.
Para facilitar el mejor funcionamiento de los equipos creo que habría que hacer un esfuerzo para separar lo más claramente posible qué características corresponden a uso del ordenador y qué características corresponden a su administración.
En el caso extremo en que dejo ordenadores preparados para su uso por familiares y por alumnos de centros de enseñanza secundaria sigo la política de ocultar absolutamente cualquier programa que tenga interfaz gráfico y permita administrar el equipo. Esto es posible gracias a las muchas posibilidades de personalización que me ofrece el sistema con el que estoy más familiarizado, Debian GNU/Linux, con el que instalo como entorno de escritorio KDE. Así, mis usuarios solo usan el ordenador, y cuando hay que realizar alguna tarea de administración tomo yo el mando usando la línea de órdenes. En muchos casos, los usuarios ni siquiera saben que existe una contraseña de administración, la contraseña de root.
Me parece un error que los sistemas operativos mezclen en una sola pantalla de configuración ajustes que solo les van a afectar a ellos (como su fondo de pantalla) con ajustes que afectarán a todos los usuarios del ordenador (como instalar una nueva impresora). No ayuda el hecho de que para poder entrar en una configuración global se pida algún tipo de confirmación, porque eso no les sirve a los usuarios para distinguir correctamente el uso de la administración.
Comprendo que administrar vía línea de órdenes no es lo más sencillo del mundo y creo que hay que conseguir buenas herramientas gráficas de administración. Pero estas herramientas no deben estar mezcladas con los ajustes de usuario.
Mi propuesta es que haya que identificarse en el sistema específicamente como administrador para poder modificar parámetros globales; se puede dar un aspecto diferente al entorno gráfico para reforzar en los usuarios la idea de que la administración es algo distinto del uso diario del equipo. Según el tipo de ordenador, habría unos parámetros u otros. Por ejemplo, en un ordenador móvil (teléfono, tableta, netbook), el usuario puede cambiar la configuración de red para poder conectarse a un nuevo punto wifi, pero en un ordenador de escritorio corporativo un usuario no puede cambiar su IP.
Empezando por esa separación, será más fácil educar a los distintos usuarios en un uso correcto del ordenador y al fin y al cabo serán más productivos
