Rápidamente me di cuenta de que los libros habituales para la enseñanza de esta asignatura no me convencían. Aunque esta es una actitud considerada normal en mi gremio de profesores, creo que en mi caso es algo patológico: ya me pasó cuando empecé a dar clases de matemáticas en el curso 1981-1982 y acabé escribiendo mis apuntes completos para segundo y tercero de BUP y COU.
Comencé a escribir hojas sueltas para explicar asuntos concretos que quería dejar claros por escrito, para así no tener que soltar el rollo teórico y usar el tiempo de clase para asuntos más prácticos en contacto más personal con el alumnado.
En el curso 1994-1995 me hice cargo de la informática de un módulo de formación profesional de Biblioteconomía, que dado el carácter del alumnado, era un curso exigente que tuve que preparar a conciencia. También ese año di un curso "express" de una semana a unos cuantos compañeros con la idea de que pudieran comprobar si les interesaba o no utilizar la informática como ayuda a su trabajo. Así que ese año escribí muchas más hojas.
El caso es que una de las personas que asistieron al curso le habló de lo que había pasado allí a un responsable de la formación interna del personal del Ministerio de Educación y Cultura, con tan buena fortuna que me ofreció dar clases a este personal.
Acepté, parece que gustó lo que hice y me siguieron dando más cursos. Durante varios años, hasta 1999, di en el MEC tantos cursos como la legislación me permite. Fueron cursos de distinto software en propiedad que me dieron mucha experiencia docente y me obligaron a preparar multitud de material, sobre todo de manejo de entornos gráficos y de procesadores de texto.
En casi todos los cursos que impartí en el MEC daba a los alumnos el texto completo, con capturas de pantalla, de las explicaciones teóricas. Así teníamos más tiempo para trabajar con los problemas concretos que van surgiendo al trabajar con el ordenador. Cuantos más cursos daba, más hojas escribía y más depuradas estaban, puesto que iba corrigiendo los errores que me indicaban los alumnos e iba añadiendo y ampliando explicaciones según notaba que algo no se entendía bien.
Así que en el verano de 1997 me puse a preparar un libro que ya fuera completo, que usaría el curso 1997-1998 en los dos niveles de BUP. Efectivamente, lo terminé y me disponía felizmente a desarrollarlo, pero al llegar a mi centro de trabajo en septiembre de 1997 me encontré con que ya no tenía plaza allí: otro compañero con más derechos que yo la había pedido. Me dieron otro destino, guardé los apuntes en un armario, las copias de seguridad en sus disquetes ZIP y la ilusión en un rincón del corazón.
Pero el curso siguiente, el 1998-1999, volví a cambiar de centro de trabajo y me encontré con la sorpresa de que me ofrecían dar dos grupos de Tecnologías de la Información de Bachillerato. Consulté si podía usar mis propios apuntes para dar el curso y les pareció bien. Saqué los apuntes del armario y volvió la ilusión. Tuve que trabajar más, porque algunos temas (Internet y Creación Web) no los tenía escritos, pero lo hice en las vacaciones del solsticio de invierno y del equinocio de primavera (lo que mucha gente llama Navidad y Semana Santa).
Ya llevaba años usando GNU/Linux para programar en C y estudiar UNIX simplemente por placer, pero empezaba a ver que en algún momento sería posible utilizarlo para dar clase.
Estaba pensando sobre la situación del centro y la de GNU/Linux cuando coincidieron dos hechos importantes para mí: en verano de 2000 apareció la versión gratuita y multiplataforma de StarOffice 5.1 y el nuevo director del centro para el curso siguiente me dio su confianza para afrontar una remodelación de los medios informáticos.
Vi claro que StarOffice 5.2 era una opción perfecta para usarlo en las clases: al ser multiplataforma podríamos usarlo para dar clases con MS Windows y cuando pudiera nos pasaríamos a GNU/Linux y el programa sería el mismo. Así que decidí ponerme manos a la obra y adaptar el curso que ya tenía escrito a explicar StarOffice, en principio sobre MS Windows puesto que no tendría tiempo para más.
Me ocupó el verano completo, pero lo conseguí. Como quería colgarlo en Internet por si alguien le podía servir, y ya que los originales estaban en un procesador de textos en propiedad y de pago (Lotus Word Pro 96) y usaba tipos de letra también en propiedad, tuve que buscar un método para que cualquiera pudiera imprimir el curso sin gastos. Lo más barato que encontré dentro de las soluciones válidas fue un controlador de impresora para MS Windows que generaba archivos TIFF. El proceso era muy lento y completamente manual, pero podía generar al final archivos TIFF multipágina a 300 ppp, uno por cada parte del curso, que se podían imprimir con StarOffice 5.2. Algo poco corriente, pero perfectamente válido.
Me presenté en septiembre de 2000 en mi instituto con el libro preparado para fotocopiar y un CD-ROM con programas gratuitos (algunos libres, pero no muchos). Dediqué la primera quincena de septiembre a preparar las máquinas del aula de informática y de la sala de profesores; las dos estancias eran nuevas ese curso, así que todo se hizo desde cero.
En esas condiciones, dimos dos cursos de Tercero y dos de Cuarto de ESO de Informática entre un compañero y yo, pensamos que con éxito. Mientras tanto, en la sala de profesores se empezaba a usar StarOffice y Netscape para trabajar. Se hicieron muchas copias del CD-ROM entre profesorado y alumnado.
En el congreso de Hispalinux de 2000 pude comentar mis ideas con varios asistentes y todos me animaron a que siguiera adelante; el hecho de que la orientación del curso les pareciera correcta me impulsó a seguir trabajando en mi objetivo.
Para el curso 2001-2002 lo que hice fue escribir un capítulo sobre GNU/Linux, que sería el capítulo alternativo al de Microsoft Windows. También desarrollé más la parte de proceso de textos, de la que tenía mucho material preparado que no había tenido tiempo el verano anterior para adaptar a StarOffice. Como iba a dar un curso en bachillerato, también preparé una parte nueva sobre programación.
De momento tenía que seguir usando para escribir el curso Lotus Word Pro 96, lo que era claramente una incoherencia, además de ser incómodo porque es un programa débil que se colgaba a menudo. Pero no me hubiera dado tiempo a escribir el nuevo material y además cambiar de procesador, así que tendría que esperar para poder despedirme de Lotus Word Pro. Se daba la circunstancia de que hacía ya un par de años que no usaba jamás MS Windows para nada, salvo para escribir el curso. Los archivos TIFF de cada página los seguía generando como antes, pero ahora los reunía ya en GNU/Linux, usando make y las utilidades de ImageMagick.
Cuando terminé la versión del curso, grabé desde Lotus Word Pro todos los originales en formato RTF y comprobé que con StarOffice 5.2 en GNU/Linux los podía leer perfectamente, así que me despedí ya completamente de MS Windows y puse en el punto de mira que la siguiente versión del curso la haría con StarOffice 5.2 en GNU/Linux.
El curso 2001-2002 en mi instituto se dieron las mismas clases de Informática que el curso pasado, pero mi compañero las dio sobre MS Windows y yo sobre GNU/Linux. Las máquinas llevaban arranque dual. Además, me encargue de un curso de Tecnologías de la Información que di también sobre GNU/Linux y dejaba abierta el aula durante muchos recreos para la usara quien quisiera; al trabajar todo el mundo en los recreos con GNU/Linux, no tuve ningún incidente y el aula estuvo operativa sin interrupción, salvo un par de discos que se estropearon.
En el congreso de Hispalinux de 2001 tuve el honor de recibir el premio a la persona no socia de Hispalinux que más hubiera contribuido ese año a la difusión del software libre. La parte material del premio es el Pin-güino de Plata. Era la primera vez que se daban estos premios y los dos años siguientes recibieron el premio a los no socios la Junta de Extremadura y la Junta de Andalucía, así que mi agradecimiento a Hispalinux es grandísimo.
Para conseguir todo eso tuve que afrontar algunos problemas técnicos que iban surgiendo, pero todo se fue resolviendo. Organicé los originales en directorios, uno por cada parte y dentro de cada parte uno para cada hoja, de modo que todo el material necesario para crear una hoja esté contenido en un directorio. Cada hoja se imprime manualmente a un archivo PostScript y luego una llamada a GhostScript, dirigida por un makefile, reúne los ps generando los PDF.
Tardé unos dos meses en acabar esta versión, pero fue un tiempo muy provechoso porque por primera vez en mucho tiempo tenía controlados todos los originales, bastante bien automatizado casi todo el proceso y, eso era de lo mejor, todo ya sobre GNU/Linux.
El curso 2003-2004 recuperé mi puesto de trabajo como profesor y con ello el tiempo libre para afrontar una nueva versión, la 2004-2005. Fue intensa, pero me parecía que ya era urgente: el software libre había avanzado mucho y Mozilla y OpenOffice.org 1.1 me parecen tan buenos que no tenía sentido ofrecer un curso basado todavía en Netscape y StarOffice.
Hubo muchos cambios: los originales los hice con OOo 1.1.2, usé tipos de letra TrueType sustituyendo algunos tipos PostScript problemáticos, diseñé un archivo xml que define el contenido del curso y un programa en Perl que dirige completamente la generación de los PDF, gracias a que OpenOffice.org admite ser manejado por programas externos (en StarOffice no se podía), puede automatizar completamente el proceso de generación. Por otro lado, el contenido del curso cambió bastante y pude sustituir muchos programas gratuitos por equivalentes libres, no solo Mozilla por Netscape y OpenOffice.org por StarOffice 5.2.
Como ya disponía de mi propio servidor, puede diseñar una web de desarrollo del curso, en la que actualizarlo rápidamente. El proceso ahora es mucho más eficiente y ágil que antes, lo que me permite actualizar el curso con mucha más facilidad.